Lo que nos está enseñando el Verkami Mítico
Si esto fuese escrito por uno de esos tuitstars necesitados de casito hubiese titulado esta entrada «Verkami está matando el rol». Estuve tentado, pero desconfié de que una cierta cantidad de gente fuese capaz de captar la ironía y me controlé.
En mi anterior entrada con respecto a este verkami decía en mi última frase que «Salvo que la tentación o el hype crezcan mucho, caerá cuando llegue a tiendas.» Y al final he entrado, y con los tres, no sólo con el de Babilonia. A medida que veía las entrevistas (entraré en eso luego) se me ocurrían ideas de partida para Roma, y con el de Britania tengo la esperanza de que no mantengan el tipo de letra de cuando salió en perfidoalbionés y hagan algo que se pueda leer comodamente. Dependerá de la licencia, supongo, pero ruego, como señor de edad con gafas que soy, y en nombre de todos los señores de edad con gafas, que si es posible no se mantenga este tipo de letra, o que por lo menos sea un puntito más grande que en el original. Porfa please recubierto de nata (forma de pedir las cosas que aquellos ígnaros que no jugaron al Monkey Island no entenderán).
Y además, de tanto verlos en entrevistas hasta parecía que me jodía un poquitín que no les saliese el verkami. Es que cuando ves que el entrevistado conoce al fondo lo que va a publicar, y no es un proyecto más del que sabe lo justo, ganas empatía con el proyecto. Que jodidamente manipulables somos los roleros cuando queremos una excusa para comprar algo. Y sí, pluralizo, no te hagas el sueco, que te pasa lo mismo.
¿Y qué nos han enseñado este Verkami?
Lo primero que nos ha enseñado es que, por mucho que los filósofos de la teoría económica del rol digan que el cambio de política de pagos no ha afectado, sí que lo ha hecho. En un arco de 20 minutos después de que se llegase a la financiación se subieron de golpe cuatro cientos y pico euros (1106 euros cuando escribo esto, seis horas después, aproximadamente, y con varias personas entrando al «dámelo todo»).
Y es que es innegable que la gente es más reticente a poner el dinero cuando te lo cobran en el momento si el producto no está financiado. Que sí, que Verkami devuelve el dinero si no se financia, que tendría que dar lo mismo, pero psicológicamente no es lo mismo. Como tampoco es lo mismo «firmar por la aportación ahora y que me cobren en X tiempo» que voy a poder ahorrar, o sé que voy a tener dinero en el momento del cobro, que el que tenga que pagar ahora que igual no tengo dinero. Decir que esa nueva política no ha afectado a los verkamis de rol es, desde mi cuñado punto de vista, el equivalente rolero al terraplanismo. Claro que afecta a cuanto y cuando se aporta (y a si se aporta o no). Que haya habido siete u ocho contribuciones de «dámelo todo» después de financiarse me parece una prueba clara.
También nos ha enseñado que no llega con hacer muchas entrevistas, sino que hay que variar el punto de vista desde el que se exponen las cosas.
Hay algunos mecenazgos en los que sólo veo dos vídeos de entrevistas a la editorial porque en el primero recibo los inputs de información y en el segundo compruebo que me vuelven a decir exactamente lo mismo. Ergo, ya no veo más, porque no voy a estar escuchando (aunque sea de fondo mientras friego después de comer) lo mismo una y otra vez. Pero las de este verkami no han pecado de eso. Es evidente que ciertos datos van a salir en todas las entrevistas, pero había distintos puntos de vista desde donde enfocar el tema (más histórico, más enfocado al sistema, más enfocado a la producción). Lo que tengo claro también es que esas variaciones han sido, en parte, propiciadas por los entrevistadores de los canales: unos podían estar hablando de este verkami como podrían hablar de uno de patatas fritas, otros eran gente que conocía el sistema pero no los suplementos, y otros eran gente que conocía el sistema y la línea de Mythic Earth. Fuese casualidad o fuese premeditado, el resultado fue bueno y trae consigo un aprendizaje para las editoriales: No os centréis en ir siempre a los de siempre, e id también a los canales de aquellos que realmente saben de lo que va el producto de vuestro mecenazgo.
Y, por supuesto, la publicidad con memes. Lo triste es que ahora puede que más gente se lance a lo mismo y ya habrá perdido la frescura, pero ha sido entretenido ver como se usaba material de memes para publicitar el verkami en los últimos días. Sí, es cierto que también se han usado alguna que otra vez, pero aquí se han usado muy bien, porque no es lo mismo que te digan: «¡Estamos a menos de 100 euros, venga ese último empujón!» a que te pongan un meme de una señora mayor que dice que es la abuela de los de 77 Mundos buscando el botón de aportar para hacerlo ella. Ni es lo mismo que usar esto:
No sé de quien fue la idea de extender tanto los memes como método de promoción, pero «mis dieses» para esa persona.
Y ya, que es domingo y me voy a pasear.